jueves, 28 de junio de 2007

El desencantado. Budd Schulberg

El desencantado
Budd Schulberg
Barcelona 2004 Acantilado

Dice Anthony Burgess en el prólogo a esta novela que “perdurará en la imaginación de todos aquellos que tengan la inmensa fortuna de leer por vez primera esta excepcional novela”

Budd Schulberg mamó el cine desde su infancia ya que su padre era considerado uno de los fundadores de esta industria. De aquellos años, a modo de biografía, versa su última novela publicada por estos lares “De Cine” que todavía no he tenido la oportunidad de leer pero la tengo por ahí apuntada. (fue precisamente buscando aquella en la biblioteca que decidí hacerme con esta) . Decía que Schulberg conoce el cine, donde también trabajó, siendo sus obras más destacadas “La ley del silencio” (1954), “Más dura será la caída” (1956) y “Un rostro en la multitud” (1957).

Un escritor,antaño éxitoso y ahora venido a menos, se ve obligado a aceptar la oferta de Hollywood como guionista donde compartirá trabajo con un joven que presenta su primer guión a Hollywood. Con esta base, Schulberg afilará la crítica sobre el tratamiento que Hollywood dio a grandes escritores americanos, relatará el auge y la caída de este escritor, trasunto de Scott Fitzgerald, y enfriará las expectativas de un joven guionista abriéndose camino en Hollywood. Cuesta describir esta novela porque es todo esto pero no así de simple sino que te va llevando de un lado a otro con maestría y sin darte cuenta para poco a poco ir metiéndote en la psique de los personajes, fundamentalmente Manley Halliday, el protagonista.

Para mí, uno de los grandes aciertos de la novela reside en ir saltando narrativamente de Manley Halliday, el otrora gran escritor, al joven Shep; son sus pensamientos los que dirigen la obra y algunos momentos pasas de unos a otros sin enterarte, estás reflexionando con Shep y de repente empiezas a tener la visión de Manley sobre el asunto como punto de partida para seguir avanzando en este descubrimiento de la personalidad del escritor. Porque la novela finalmente no es sino la historia de Manley Halliday, los pensamientos y reflexiones de Manley Halliday y también sus penurias, las causas de su hundimiento, su alcoholismo, la influencia de su primer amor Jere, etc. El resto de la novela se articula alrededor de esta vía principal sin que por ello todo ese añadido pierda fuerza; su visión ácida de la industria cinematográfica está presente en cada párrafo escrito, pero lo que nos mueve a seguir leyendo es el poder ir descubriendo poco a poco la personalidad de este personajes y los momentos, los motivos y las causas que le llevaron a su actual situación de desencanto que da título a la obra.

Altamente recomendable, pero para leer despacio y disfrutar. No es obra de verano en la playa porque aunque se lee muy bien esta merece degustarse. Mejor para una sombrita, con tiempo por delante y sin interrupciones.

sábado, 23 de junio de 2007

Feliz, feliz en tu día, . . .

¡Jo, qué regalos de cumpleaños más molones cayeron este año !


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American Gods. Neil Gaiman

American Gods
Neil Gaiman.

Supongo que, por lo general, a Gaiman novelista puedes llegar por dos caminos distintos. Puedes acceder a él directamente, como buen aficionado a la ciencia ficción, la fantasía y la literatura en general o puedes llegar a través de sus comics, sientiéndo la necesidad (o la tentación) de disfrutar de su prosa novelada después de haber experimentado su narrativa secuencial. Yo soy de los segundos. Y eso tiene un riesgo; en el comic, sus mundos imaginarios, su folclore, su todo, son absorbentes, embriagadores, coloridos, ricos en matices, . . . pero dicho caracter es muy difícil de conseguir en sus novelas y ese es la sensación final más destacable que me ha producido su American Gods. Cómo podría describirse, la he notado fría

No es una mala novela, la idea de esos dioses olvidados, decrépitos en algunos casos y su enfrentamiento con los "dioses modernos" está perfectamente hilvanada y avanza, salvo en algunos capítulos, a buen ritmo hacia un final inesperado (aunque no por eso sorprendente). Esa decadencia impide a Gaiman recrearse en el folclore de los mismos para lo que utiliza pequeños capítulos donde va narrando historias aparentemente sin relación pero que justifican su presencia en el nuevo continente y aquí sí que se ve más el estilo que abundan en sus comics. Desgraciadamente, estos capítulos están salteados, sin relación, a modo de apéndices y casi los lees por obligación antes de continuar con la trama principal.

Insisto, no es una mala novela, no es una novela fallida, pero personalmente estoy condicionado por los comics y aunque la he leído con ganas e interés, y este interés se ha mantenido hasta el mismísimo final, he de decir que esperaba una novela más rica en sus detalles. En ese sentido, disfruté más de Coraline, y no es por la temática fantástica que trate sino por ese toque de color que esperaba en la novela, que la hiciera más cercana. Ya lo dije antes, una novela fría.

No obstante, no me quita las ganas para seguir leyéndole y así tengo apuntada "Los hijos de Anansi" que ya comentaré en este solitario planeta.

viernes, 15 de junio de 2007

lunes, 11 de junio de 2007

Criptonomicón. Neal Stephenson

Habiendo acabado El ciclo Barroco, creo que es buen momento para una breve reseña de estas "pequeñas" obras de arte pergeñadas por Neal Stephenson

Publicado originalmente en un solo volumen (USA) en España (aunque ya cuenta con edición de bolsillo) fue publicado por Ediciones B (Colección Nova ciencia ficción) en tres volúmenes debido a la extensión de la misma (918 páginas en su edición original) y así nos encontramos con:


Criptonomicón: El código Enigma

Criptonomicón: El código Pontifex

Criptonomicón: El código Aretusa

Jugando a dos bandas históricas, segunda guerra mundial y la época actual, Stephenson nos deslumbra con especulaciones no solo científicas sino también históricas en torno a la criptografía, la informática y cuanto se le ponga por delante. Porque una característica de la obra es la pormenorizada descripción que en algunos momentos llega a hacer tanto de conceptos técnicos o informáticos que pudieran ser excesivamente complicados para el lector medio como de la más simple o insignificante cuestión al ser capaz de presentarla con una nueva e impensable visión (magistral es a descripción de cómo deben comerse los cereales)

Stephenson consigue con un ácido y fino sentido del humor que en ningún momento llegue el libro a hacerse pesado incluso en los momentos descriptivos que antes mencionábamos. Con unos personajes como pocas veces antes había visto presentados, con una historia entrelazada pese a los dos momentos históricos en los que se desarrolla, con una importante presencia de personajes históricos, hecho y cuestiones técnicas reales, el libro (los libros) es una extraordinaria obra, inteligente, amena, densa, aguda y divulgativa que no puedo sino encarecidamente recomendar.

Stephenson domina la trama de principio a final, en ningún momento se le escapa de las manos, cuando quiere deleitarse con una escena lo hace (el ataque a Pearl Harbour), cuando quiere dar a conocer sus amplios conocimientos sobre informática, criptografía o cualquier rama técnica que toca en el libro también lo hace, y magistralmente y además con una endiablada facilidad. En definitiva, un libro para no perderse y a releer cada cierto tiempo. No puedo olvidar la tristeza que me produjo llegar a sus últimas páginas sabiendo que aquello se acababa. Y aunque existe una continuación, precuela para ser exactos, ya saben que aquello nunca será lo mismo. En breve les hablaré de esa precuela denominada El ciclo barroco

«Si estoy enfermo, no le pido consejo a un fontanero. Voy a un médico. De igual forma, si tengo una pregunta sobre Internet, buscaré la opinión de gente que conozca el tema»

«Puedes asumir lo que te de la real gana, Alan, pero yo soy matemático y no asumo nada»

Neal Stephenson. Criptonomicón

El primer relato de barbalalá

Primer concurso de relatos para hijos de empleados.

Categoría de niños de hasta 9 años de edad. Tendrán que escribir sobre su héroe o personaje de dibujos animado favorito, en folio manuscrito.

SHIN CHAN
Me gusta Shin Chan porque hace muchas bobadas y travesuras. ¿Qué travesuras hace? pues enseña el culo, una de ellas, sale sin avisar a su madre, no recoge sus juguetes y también hace travesuras con las chicas guapas desconocidas.
Y también hace cosas buenas como cuidar a su hermana, vuelve a casa a la hora de la mirienda como dice él, saca a pasear a Nevado.
Su madre cuando hace una de sus travesuras le pega un cocotón y le hace un chichón. Su padre viene del trabajo cansado y emborrachado y le gusta como a Shin Chan las chicas guapas.
A la hermana le gustan los chicos guapos como a la madre
Tiene muchos amigos. Masao es el más llorón. Kasama es muy listo. A Nené le gusta jugar a papás y mamás y Bochán siempre se le cae un moco. Y todos forman el ejército de Kasukabe
Y así acaba el cuento de Shin Chan que me gusta mucho y a mi papá también y mi mamá también

Barbalalá, 5 años



jueves, 7 de junio de 2007

Mr. Moto

Un post de ACEGE sobre la edición en DVD de la serie Mr. Moto me llevó a pensar que bien merecería un pequeño comentario en el blog, no en vano se trata de Peter Lorre. Así que aprovechando la red de redes, . . .

El gran, gran Peter Lorre, tuvo una extensa carrera artística, participando en multitud de películas que hoy consideramos clásicos. Otro día hablaré de ellas (y también hablaré de su etapa con Corman, lo prometo). Hoy voy a centrarme en un personaje que interpretó en una serie de 8 películas, que posiblemente no pasen a los anales de la historia del cine más allá de por su curiosidad. Me estoy refiriendo a Mr. Moto, el agente secreto de origen japonés, creado por el escritor americano John Phillips Marquand.

Y si el tiempo ha respetado hasta hoy esta serie de películas de bajo presupuesto, estoy convencido que se debe a la magnífica interpretación del amigo Lorre, consiguiendo identificarse plenamente con el personaje.

No queda claro en ninguna película qué o para quién trabaja; en sus dos primeras películas se refiere a sí mismo como comerciante, en otras dice que se que dedica a estas investigaciones por hobby, en otras se refiere a sí mismo como agente secreto de una asociación de importadores dependiente de una policía internacional, . . . el caso es que en cosas como esta radica su encanto.

La Twentieth Century Fox utilizó para esta serie a muchos de los personajes habituales de otra serie con la que podría tener similitudes, me estoy referiendo a la basada en el personaje de Charlie Chan. Tras las 8 películas de Lorre, no se volvió a recuperar el personaje hasta 1965 con “The Return of Mr. Moto," protagonizada por Henry Silva.

Las 8 películas pueden conseguirse en dos packs disponibles en el mercado americano (enlaces amazon). También existe un libro sobre la serie, “The Complete Mr. Moto Film Phile: A Casebook” de Howard M. Berlin (enlaces amazon)

Las 8 películas que componen la serie son:

  • Mr. Moto Takes a Vacation (1939)
  • Mr. Moto in Danger Island (1939)
  • Mr. Moto's Last Warning (1939)
  • Mysterious Mr. Moto (1938)
  • Mr. Moto Takes a Chance (1938)
  • Mr. Moto's Gamble (1938)
  • Thank You, Mr. Moto (1937)
  • Think Fast, Mr. Moto (1937 )


Bueno, pues que ustedes lo disfruten

barbapapá

lunes, 4 de junio de 2007

Nadie me quiere, nadie se preocupa por mí . . .

La inigualable y nunca excesivamente ponderada "El jovencito Frankenstein" tiene escenas geniales, a cada cual mejor. Pero hay una por la que siento especial debilidad y es aquella en la que Igor sorprende al Doctor en la estantería de calaveras y se pone a cantar aquello de "nadie me quiere, nadie se preocupa por mí, . . . ", casi un himno aplicable a un montón de cosas (este blog por ejemplo, :-P ).

Bueno, mejor verlo que describirlo



domingo, 3 de junio de 2007

Una de trailers

The 50 Foot Monster Woman



Godzilla King of the Monsters






Ha muerto Stanley Miller

No existe un modelo estandar aceptado sobre el origen de la vida en la tierra. Simplificando mucho (y se me perdone) la vida requiere células más o menos complejas autoreplicantes, para lo cual es preciso que existan las proteínas para las cuales es necesario que previamente hayan aparecido los aminoácidos. Pero, ¿cuándo y como aparecieron estos?
Stanley Miller consiguió reproducir en un laboratorio las condiciones que existían en la atmósfera primigenia de la Tierra y mediante impulsos eléctricos fue capaz de generar aminoácidos a partir de aquellos inorgánicos elementos creándose lo que comúnmente viene denominándose "sopa prebiótica".
Stanley Miller falleció el pasado 20 de mayo.

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