lunes, 11 de junio de 2007

Criptonomicón. Neal Stephenson

Habiendo acabado El ciclo Barroco, creo que es buen momento para una breve reseña de estas "pequeñas" obras de arte pergeñadas por Neal Stephenson

Publicado originalmente en un solo volumen (USA) en España (aunque ya cuenta con edición de bolsillo) fue publicado por Ediciones B (Colección Nova ciencia ficción) en tres volúmenes debido a la extensión de la misma (918 páginas en su edición original) y así nos encontramos con:


Criptonomicón: El código Enigma

Criptonomicón: El código Pontifex

Criptonomicón: El código Aretusa

Jugando a dos bandas históricas, segunda guerra mundial y la época actual, Stephenson nos deslumbra con especulaciones no solo científicas sino también históricas en torno a la criptografía, la informática y cuanto se le ponga por delante. Porque una característica de la obra es la pormenorizada descripción que en algunos momentos llega a hacer tanto de conceptos técnicos o informáticos que pudieran ser excesivamente complicados para el lector medio como de la más simple o insignificante cuestión al ser capaz de presentarla con una nueva e impensable visión (magistral es a descripción de cómo deben comerse los cereales)

Stephenson consigue con un ácido y fino sentido del humor que en ningún momento llegue el libro a hacerse pesado incluso en los momentos descriptivos que antes mencionábamos. Con unos personajes como pocas veces antes había visto presentados, con una historia entrelazada pese a los dos momentos históricos en los que se desarrolla, con una importante presencia de personajes históricos, hecho y cuestiones técnicas reales, el libro (los libros) es una extraordinaria obra, inteligente, amena, densa, aguda y divulgativa que no puedo sino encarecidamente recomendar.

Stephenson domina la trama de principio a final, en ningún momento se le escapa de las manos, cuando quiere deleitarse con una escena lo hace (el ataque a Pearl Harbour), cuando quiere dar a conocer sus amplios conocimientos sobre informática, criptografía o cualquier rama técnica que toca en el libro también lo hace, y magistralmente y además con una endiablada facilidad. En definitiva, un libro para no perderse y a releer cada cierto tiempo. No puedo olvidar la tristeza que me produjo llegar a sus últimas páginas sabiendo que aquello se acababa. Y aunque existe una continuación, precuela para ser exactos, ya saben que aquello nunca será lo mismo. En breve les hablaré de esa precuela denominada El ciclo barroco

«Si estoy enfermo, no le pido consejo a un fontanero. Voy a un médico. De igual forma, si tengo una pregunta sobre Internet, buscaré la opinión de gente que conozca el tema»

«Puedes asumir lo que te de la real gana, Alan, pero yo soy matemático y no asumo nada»

Neal Stephenson. Criptonomicón

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